PARADOJAS

DETALLES DEL MOMENTO: PARADOJAS 

Por: Moisés Absalón Pastora, periodista nicaragüense. 


Ante lo que muchas veces vivimos los seres humanos, en el caso que quiero poner sobre la mesa, surgen opiniones de personas que seguramente aturdidas por la naturaleza del sentido común reaccionan contra lo evidente y hasta incomprensiblemente con molestia porque les preocupa más su comodidad que lo que se hace por su bienestar y te dicen cosas antinómicas como que el país está anormal aunque la gran mayoría estemos en paz, trabajando o emprendiendo o comentan que el comercio está deprimido y uno va a los grandes centros comerciales y observa las tiendas llenas o que la gente tiene miedo de andar en las calles cuando es lo que más se ve y así podemos seguir hablando de pequeños ejemplos que reflejan un interés marcado de ir contra la verdad y marcar así desde una falsa ilusión, una imagen que contrasta totalmente con lo que en realidad se vive y por supuesto es algo que molesta e incómoda.

       
Por el hecho de que la paradoja interesadamente o no tenga una intención política al plantearse, pues hay que dar espacio también a las inconformidades propias del ser humano, esta vale para explayarnos en nuestras propias capacidades para tratar de entender porque algunos llegan al extremo de negar lo que se puede ver, lo que se puede tocar, lo que está fijo y que pase lo que pase quedará para la posteridad.


La paradoja tiene mucha filosofía en su contenido cuando de verdad se identifica por ejemplo como entender eso de “SI VIS PACEM PARA BELLUM, SI ANHELAS LA PAZ, PREPÁRATE PARA LA GUERRA”, nos dice que hay que evidenciar fuerza a los adversarios para que no detecten nuestras debilidades ni vean oportunidades de victoria si quieren declarar una guerra.

Se atribuye al Dalai Lama el siguiente pensamiento; “LO QUE MÁS ME SORPRENDE ES EL SER HUMANO. SACRIFICA SU SALUD PARA PODER GANAR DINERO Y LUEGO SACRIFICA SU DINERO PARA PODER RECUPERAR SU SALUD. ESTÁ TAN ANSIOSO POR SU FUTURO QUE NO DISFRUTA DEL PRESENTE Y, COMO RESULTADO, NO VIVE EN EL PRESENTE NI EN EL FUTURO. VIVE COMO SI NUNCA FUERA A MORIR Y MUERE COMO SI NUNCA HUBIERA VIVIDO”.

Respecto a esta frase que encierra una monumental paradoja de lo que somos debo recordar que cuando éramos infantes  siempre supimos lo que nos hacía felices, y eran cosas sencillas, pequeñas, pero cuanto las gozábamos, como por ejemplo estar con nuestros padres, nuestros abuelos, hermanos, primos hermanos, corríamos, comíamos, nos fascinaba la aventura, y descubrir cosas que siempre nos eran nuevas, aunque para los viejos ya habían sido vividas y ellos reían con lo que a nosotros nos sorprendía porque ellos ya venían de vuelta. Sin embargo, a medida que crecemos la sociedad nos va alejando de esas cosas que tanto disfrutábamos. Así, nos vemos obligados a dedicarle cada vez más tiempo a actividades que no nos agradan tanto, mientras vemos cómo el tiempo que antes dedicábamos a lo que nos hacía felices se reduce y se va y con el a quienes amamos.

Hay un dicho popular que reza; “EN CASA DE HERRERO CUCHILLO DE PALO”, es en realidad otra gran paradoja, refleja la ausencia de cosas, valores o actitudes en lugares donde deberían sobre abundar productos o actitudes. En verdad este decir es una crítica y amonestación visible hacia aquellos que descuidan en su propio hogar las cosas con las que, fuera de él, se ganan el pan por ejemplo como comprender a un chef que nunca cocina en su casa, el automóvil descompuesto de un mecánico, los dientes descuidados de los hijos de un odontólogo, la prédica de un religioso hablando de paz haciendo desde el templo la guerra o la actitud de aquellos que hablan de unidad y se oponen a sí mismos.

Otros dichos paradójicos son; ”BIEN JUEGA EL QUE NO JUEGA”. Este decir se lanza contra los opinólogos que viven encima de lo que hacen otros, aunque luego ellos, llegado el caso de demostrar su “maestría”, no den pie con bola, porque resultan ser un fraude y en su afán se sobresalir o hacerse ver no les importa descalificar a otros sin tener una mínima idea de lo que critican.

“LO QUE FÁCIL VIENE, FÁCIL SE VA” es un dicho popular que nos enseña que aquello logrado sin esfuerzo y sin valores, es efímero o pasajero. Esto por supuesto es censura al facilismo, a la tendencia de obtener beneficios sin esfuerzo y sacrificio y es una denuncia contra actividades peligrosas como la corrupción moral y politiquera y esto me conduce a otra paradoja “PAN PARA HOY HAMBRE PARA MAÑANA” que resalta la importancia de planear para el futuro. 

Si nos concentramos solamente en satisfacer nuestras necesidades del momento, o sea “conseguir pan para comer hoy”, nunca tendremos suficiente para nuestras necesidades futuras, es decir, tendremos “hambre mañana”. Por ello, es importante ser precavidos y asegurarnos de tener un plan o una red de seguridad en caso de problemas u obstáculos imprevistos y esta frase, dicho o paradoja advierte de los peligros de las soluciones rápidas y superficiales que resuelven los problemas a corto plazo, pero nunca llegan a la raíz de la cuestión y esto le ha pasado a gentes que desde afuera de Nicaragua nos han estado lanzando lodo a pesar que les es imposible negar que el país que tenemos ahora es el mejor de todos los tiempos desde que se firmó el acta bicentenaria de nuestra independencia y lo hacen por el dinero fácil que reciben de un financista que poco a poco reduce el pan que por ahora les da para destruir a nuestro país que a pesar del criminal bombardeo recibido por parte del imperio está en pie, no se detiene y mejora e innova todos los días.  

Las estadísticas señalaban, hasta antes del 2018, que Nicaragua estaba mejorando sin embargo el oposicionismo lo negaba. Nuestro mejoramiento económico no significaba entonces que nuestro país era un paraíso, aunque el mundo nunca dijo que fuéramos el peor. 

Aquí una minoría de la población posee la mayor parte de la riqueza, mientras un gran porcentaje sobrevive con menos de 2 dólares al día. La pobreza es cotidiana. Pero de todos los escenarios de los últimos 32 años conocidos el que teníamos antes del 18 de abril de 2018, fue el mejor.

La gente con recursos tiene mejor salud porque costea sus necesidades médicas y paga centros privados tecnológicamente avanzados, pero ahora los hospitales públicos, concurridos por los menos favorecidos están abastecidos mientras en la capital y los departamentos se mejoran los existentes o se construyen nuevos. 

Los que tienen más educan mejor a los suyos porque tienen con qué pagar, pero el que no, va a centros públicos remozados dignamente desde donde han salido excelentes aspirantes a la carrera de ingeniería y arquitectura que con cienes en las más exigentes pruebas han superado el pensum que pueden tener los colegios de más alto tupé en Nicaragua. 

Nuestro país gracias a la alianza tripartita entre empresarios, que ahora se representan en la pequeña y mediana empresa, los trabajadores y el gobierno han logrado reducir drásticamente la pobreza en el país y esto no lo dice la administración Ortega, lo sostiene el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. 

Gracias a esa trilogía el manejo macroeconómico del país era aplaudido por el Fondo Monetario Internacional quien nos ubicaba en aquel 2018 como una de las tres naciones con un crecimiento económico por arriba del 4.5 % que era media de los últimos siete años antes de los actos terroristas de Estados Unidos contra Nicaragua.

En el 2006 que Daniel Ortega recibió el país tomó en sus manos una nación que le había tomado 16 años rescatar y poner en perspectiva una economía qué en la década de los ochenta, por efecto de la guerra fratricida, había sido devastada hasta sus cimientos, pero dicho rescate fue en realidad el destace inmisericorde de la “Res-Pública” por parte de aquellos que quieren regresar por la fuerza al poder para seguir haciendo lo mismo. 

En aquel 2006 francamente no fuimos pocos los que creímos que iniciábamos otra vez el camino en reversa y paradójicamente, pese a la recesión global que estalló en el 2009 con la crisis bancaria y mobiliaria en los Estados Unidos, a las amenazas que se perfilan desde el imperio mismo y a las limitantes presupuestarias propias, estábamos hasta el 18 de abril en la cresta de la ola de los últimos 32 años y eso se nos fue, gracias al COSEP, que después de 10 años de co-gobierno con el sandinismo dijo que se había equivocado, tan solo para asesinar lo mucho que habíamos logrado. 

Algunos podrán decir que confundimos Managua con Nicaragua porque desde la capital todo pinta bonito, pero la verdad es que si uno viaja al interior del país se transita por carreteras nuevas que parecen del primer mundo y son las mismas que unen al atlántico norte y con sur y ahora al atlántico con el pacífico y son las mismas por donde se ha llevado electricidad al casi 99% del país y las estructuras para las antenas que permitan la telefonía celular hasta el más apartado rincón de Nicaragua.

Sí, Nicaragua estaba mejorando desde la imperfección de un modelo político que ha sabido hacer una distribución porcentual correcta hacia sus más ingentes necesidades y en ese equilibrio con una visión social profunda no ha dejado de hacer efectiva la solidaridad para el que necesita un techo o para el que lo perdió todo por efecto de cualquier tragedia y eso en vez de gustar parece que molesta a los que quieren en llamas al país.

Nicaragua estaba en la boca del mundo recomendada por los ajenos como un destino preferencial en las opciones turísticas del planeta y es así no porque exista en Managua un Puerto salvador Allende, un paseo Xolotlan o un parque Luis Alfonso Velázquez Flores, es así porque mucho de lo que hay en nuestra capital existe en casi todos los municipios del país dando a cada lugareño un centro de entretenimiento para los niños o instalaciones deportivas que alejen de las drogas a nuestros jóvenes.

Hay que tener en cuenta y tenerlo muy en serio que el principal origen y causa del fracaso es escuchar a gente negativa y lo peor hacerles caso. Menos mal que se van reduciendo, pero hay que reconocer que son voces persistentes que por politiquería todo lo satanizan y que pueden tener la gloria al lado y ellos la ven como si se tratara del infierno. Son los individuos que si se desmayan en vez de volver en sí vuelven en no. Son los que cargan basura sobre sus hombros buscando permanentemente como echársela a las gentes que somos diferentes a ellos.

Ser opositor políticamente hablando no significa ver en el adversario a un enemigo. Los que así lo hacen y hablan de su enemigo con odio para negarle todo beneficio se auto condenan porque inmediatamente caen al terreno de la necedad donde la brutalidad hace su champa y en la más absoluta soledad porque no es bienvenido en ninguna parte.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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